viernes, 23 de agosto de 2013

NOCHES DE VERANO....

Rápidamente entre en la ducha, necesitaba sentir el agua fría acariciar cada centímetro de mi piel desnuda, mientras una placentera sensación recorre todo mi cuerpo.
Termine la ducha y llegue a la habitación totalmente desnuda, allí estaba el, desnudándose también para supuestamente irnos a dormir. No dude en acercarme por detrás y apoyar mis tetas contra su espalda y comenze a besarle mientras acariciaba su pecho. Poco a poco fui bajando la mano hasta llegar a su polla, totalmente dura, totalmente preparada para poder degustarla con mi lengua para terminar de preparla para que me penetrase. Le di la vuelta, y le di un pequeño empujón hacia la cama, acto seguido me acerque despacio hacia el, lentamente me arrodille en la cama y puse dirección hacia semejante manjar. Empece a masajear su glande con mi lengua, mientras acariciaba el resto de su polla con mi mano con suaves movimientos. Mi saliva comenzaba su placentero trabajo de lubricacion, mientras veía sus gestos y sonidos de placer. Comenze a chupársela, primero de una manera mas relajada, para después pasar a movimientos mas rápidos y salvajes, me gustaba alternar y sabia que a el le encantaba que se la comiera de ese modo.
Yo cada vez estaba mas cachonda y mas mojada, y como si de la ultima polla en el mundo se tratara, me levante, la agarre bien fuerte y le pedí que me la metiese y me follase ya mismo, no me importaba no recibir mi placentera y venerada sesión de sexo oral, en ese momento que me comiera el coño estaba en un segundo plano, lo único que quería era sentir su polla dentro de mi.
Se puso encima mía y empezó a metermela mientras me miraba a los ojos, ese momento me pone bestial, follamos en multitud de posiciones, encima mio, a cuatro patas, luego tuve mi sexo oral gracias a un legendario 69.
Finalmente cabalgue encima suyo, fui aumentando mi velocidad y sentía como su polla comenzaba a “vibrar” sabia que ya estaba y note su caliente jugo entrar dentro de mi mientras yo empezaba a bajar la velocidad de mis movimientos.

Fue una follada increíble, a la que como siempre, se le une el morbo de tener la cama al lado de la ventana e imaginar, que alguien puede estar viéndonos.


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